Sí. Es lo que hay. Y me encanta

yoSí. Soy impaciente. Mi pérdida más negra, esa que aún me duele, me enseñó que no HE DE dejar nada para más adelante. Porque quizás ese más adelante, nunca llegue. Porque quizás ese más adelante llegue, pero puede que no sea con las mismas personas. La vida me enseñó que el momento adecuado no existe y que es ahora. Siempre. Aunque no lo parezca. Es ahora, porque tal vez de tanto esperar el momento adecuado, se me pase por el lado sin saber que se ha pasado.

Sí. Soy cortoplacista. No me planifico. No me programo y no me organizo. Ya no. Porque la vida me enseñó que por muchos planes que hagas, cuando saltan por los aires, no puedes hacer nada para llevarlos a cabo. El tiempo me enseñó que la cuenta atrás no para y que tengo que aprovechar cada segundo siendo lo que quiero. Y como quiero. Yo. No tú. No él. No ellos. Yo.

Sí. Soy “informal”. Tengo 36 años y voy en vaqueros, zapatillas y uso calcetines de colores. De muchos. Siempre. O casi. Y me río de la gente que me dice que “ya no tengo edad”. Me río de la gente que juzga a los demás por lo que viste y calza y no por lo que es. Y lo que siente. Porque con los años aprendí que hay hijos de puta con traje y corbata. Con tacones y camisa. Y con rastas. Y con zapatillas. Y los tacones y el maquillaje los dejo para cuando quiero, no para cuando me lo dicen.

Sí. Soy de personalidad adictiva. Siempre quiero más de aquello que me gusta. Aunque sepa que no es bueno o sano. Si me gusta, lo quiero. Y quiero más. Mucho más. Por eso mismo, me prohíbo algunas cosas. Porque aprendí que si no me cuido yo, no lo hará nadie. Y también por eso mismo me permito otras que no me hacen daño. Por eso de disfrutar el ahora.

Sí. Soy pasota. Pero selectiva. Paso de las opiniones envenenadas. Paso de los consejos que no pedí a gente que no le pediría ni la hora. Paso de los que me dicen qué, cuándo, dónde y con quien. Paso de las malas vibras, del hijoputismo. Pero sobre todo, paso fuertecito del qué dirán.

Sí. Soy vaga. O eso dicen quienes no entienden que prefiero tener un trabajo que cuando salgo, se queda ahí y no se viene a casa conmigo. Porque decidí que quiero trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Porque sin duda, mi vocación no es ser periodista, sino escribir. Y escribir es algo que hago cada día. Por placer. Lo que no saben, es que en cada trabajo que he tenido, lo he dado todo, porque una cosa no quita la otra.

Sí. Soy borde. Porque aprendí que a algunas personas hay que ponerles límites y lamentablemente hay algunas personas que solo entienden a las malas. Porque cuando quieres ser educada y sutil, se piensan que pueden seguir intentando pasar tus límites. Y no. Mis límites los paso yo, cuando quiero y con quien quiero.

Sí. Es lo que hay. Y me encanta.

13 comentarios sobre “Sí. Es lo que hay. Y me encanta

  1. Lo más importante es ser uno mismo, sin dobleces, ser auténtico.
    Me gustó mucho el artículo, te describe muy bien, vamos a ser felices que a eso vinimos.
    Suerte y éxito en todo
    C.M.U.

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